1. Introducción
El Mastín del Pirineo es el perro clásico de la transhumancia aragonesa a la que tradicionalmente ha estado ligado y en la que tiene su origen primario. Se trata de un animal de gran tamaño, rústico y resistente, con un temperamento muy noble, no exento de carácter si las circunstancias lo requieren, pero jamás un perro peligroso o incontrolable. Su misión siempre fué, básicamente, la de guardián de los rebaños transhumantes, con los que cada ejemplar convivía desde cachorro, considerando al conjunto de reses como algo propio y defendiéndolas si llegaba el caso contra el ataque de las alimañas, particularmente el lobo, para lo cual se les proveía como protección de un collar de púas denominado “carlanca”.
La desaparición del lobo en el Pirineo, al final de los años cuarenta, hizo que la propia supervivencia de la raza se viese en inminente peligro de extinción al desinteresarse los ganaderos por un perro cuya utilidad inmediata pertenecía ya al pasado. Afortunadamente, durante los años 70 se produjo la fundación del Club del Mastín del Pirineo, asociación a la que, sin duda alguna, el gran moloso aragonés debe su recuperación y supervivencia. Hoy día, existen criadores de esta raza en toda Europa, Latinoamérica, EEUU y Canadá, así como Japón o Australia, atraídos por su aspecto imponente y, sobre todas las cosas, por su maravilloso temperamento.
2. Origen e historia
El Mastín del Pirineo es un molosolupoide hipermétrico y sublongilíneo, del mismo tronco étnico que la mayoría de los perros guardianes de rebaños que existen en el tercio meridional de Europa, pero también con los perros pastores del Asia Central y Cáucaso. Pudiera descender del Mastín del Tibet, cuya sangre habría llegado a Europa a través de las sucesivas invasiones de origen oriental que se produjeron con posterioridad al siglo II. En todo caso, se tiene conocimiento de su existencia desde la Edad Media, siempre relacionado con la transhumancia aragonesa, por completo distinta a la que existió en Castilla bajo la jurisdicción del Honrado Concejo de la Mesta. Se tiene la evidencia de la presencia de tres ejemplares en la Exposición Canina de Madrid en 1890. En el tomo I del Libro de Orígenes Español (L.O.E.), editado en Madrid en 1913, aparece con el número 2 de las inscripciones que fueron registradas en 1912 un ejemplar de raza “Mastín Español del Pirineo”. En cualquier caso, las inscripciones fueron muy escasas hasta mediados de la década de los 70, por las razones expuestas anteriormente. A esta raza se le ha conocido también como “Mostín”, “Mostín d’Aragón” o “Mastí dell’Aragó”, dependiendo de las variantes lingüísticas de las diferentes regiones aragonesas. En Catalunya se le llamaba también “Gos ramader”.
3. Distribución geográfica
El origen del Mastín del Pirineo es inequívocamente aragonés. Como puede deducirse de un análisis desapasionado de la historia hispánica, Aragón tuvo fronteras convulsas durante su génesis como un pequeño condado pirenaico y luego como un reino emergente estrechamente relacionado al principio con el poderoso reino de Navarra y, a partir de 1134, con los prósperos condados catalanes para formar la Corona de Aragón. En todos esos territorios, como no podía ser de otro modo, ejerció su trabajo el moloso aragonés. Hoy día, el Mastín del Pirineo está presente en toda la península, habiéndose convertido en una raza bastante conocida fuera de ella. Está reconocida oficialmente, a nivel mundial, por la Federación Cinológica Internacional. Es la segunda raza canina española, tras el Podenco Ibicenco, que ha sido reconocida por el Kennel Club británico, la asociación mas antigua del mundo y la mas exigente en la incorporación de nuevas razas caninas a su “stud book”. La población actual de Mastines del Pirineo es de unos 5.000 ejemplares.
4. Descripción de la raza
Cabeza: Ancha, fuerte y moderadamente larga. Hocico profundo, trufa negra, orejas no excesivamente grandes y ojos almendrados, preferiblemente oscuros. Cuello: Potente, no demasiado corto, con papada doble. Tronco: Pecho ancho y profundo, hombros oblicuos, costillas bien arqueadas, ijares descendidos, línea dorsolumbar fuerte, grupa ancha, cola de inserción media llevada en forma de sable al moverse, nunca sobre el lomo. Extremidades: De huesos fuertes, bien aplomadas. Pie de gato. Ocasionalmente, espolones en los pies. Capa: De longitud moderada, doble. Pelo cerdoso con subpelo. Mas largo en cola y extremidades. De color berrendo en gris, negro, castaño, dorado, arena o jaspeado. Peso y proporciones: Armónico, rectangular, bien construido. Los machos deben superar los 77 cm. a la cruz y las hembras los 72. El peso puede variar desde 60 a 90 kilos.
5. Situación actual y perspectivas
El Mastín del Pirineo está consolidado en España y sigue con su crecimiento, lento pero sostenido, en el extranjero. El reconocimiento por parte del Kennel Club británico, además del de la F.C.I. que data de 1946, ha supuesto un espaldarazo crucial para esta raza canina pues se ha convertido en una de las pocas razas españolas (recientemente se ha sumado el Perro de Agua Español al mismo status) que está reconocida por dos de las tres grandes organizaciones cinológicas que existen en el mundo (la otra es el American Kennel Club, que de momento reconoce únicamente al Ca Evissenc). Ello supone un requisito imprescindible para su consideración como “raza internacional” por parte de los estamentos de la cinofilia 554 oficial, dado el incremento espectacular producido durante la última década en el reconocimiento de nuevas razas nacionales por parte de las diferentes asociaciones estatales en todo el mundo. La vocación de esta raza es, por lo tanto, continuar su difusión y su reconocimiento internacional.
6. Productos de interés, generados por la raza
Al no tratarse de una especie de abasto, el producto más interesante reside precisamente en la raza misma, la cual mantiene, en su conjunto, el mismo temperamento que los ejemplares encontrados en el Pirineo a lo largo de la década de los setenta, aunque el tamaño y la robustez general han aumentado ligeramente. Como curiosidad, en los países escandinavos es corriente tejer el subpelo de los Mastines del Pirineo para confeccionar con él prendas de vestir como gorros, calcetines e incluso jerseys de punto.
