La baja tasa de nacimiento en una incubación depende, en mayor o menor medida, de todos los factores presentes en la misma, elección del huevo, su almacenaje, etc., hasta los niveles de temperatura, humedad, ventilación y volteo, estos son sin duda los que más inciden a su correcta conclusión y dependen íntegramente de la buena praxis del criador.
Que el avicultor establezca unos valores equivocados en el proceso incubatorio es nefasto para el resultado final de la incubación ya que ocasionará la muerte de todos los embriones sin que lleguen a eclosionar, la muerte del pollito una vez nacido o a nacimiento de pollitos blandos, débiles y con deformidades, cuya crianza no es rentable.
Los parámetros correctos para que una incubación llegue a buen término son los siguientes:
Temperatura.
Los grados de temperatura en los que se ha de desarrollar la incubación varía según el autor que se consulte, pero todos los sitúan, con muy pequeñas variaciones, dentro de un tramo comprendido entre los 37,5º C y los 37,8º C, durante los primeros dieciocho días de incubación, para en los tres últimos días bajarla hasta situarla sobre los 36,5º C y los 37º C.
Una incubación con una temperatura por debajo de los 37º C causa una muerte prematura del embrión y en caso de que esta no se produzca un retraso en el desarrollo embrionario dado lugar a la muerte prematura del embrión o al nacimiento de un pollito débil.
Los efectos de una temperatura anormalmente alta durante la incubación da lugar a un adelanto en el desarrollo embrionario, a malas posiciones de los embriones en el huevo lo que produce una difícil eclosión del mismo, pudiendo darse la muerte del pollito entorno al día 18 de incubación. Si la temperatura supera los 40º C, la mortalidad será del 100%.
Humedad
La humedad durante la incubación se establece en relación con la pérdida del peso del huevo debido a la evaporación del agua del mismo, por lo que la misma debe estar regulada rigurosamente.
Al igual que con la temperatura, dependiendo del autor consultado, la humedad se ha de situar en unos límites u otros, pero todos muy cercanos, por lo que el abanico en el que se puede establecer el nivel de humedad se encuentra entre el 50 y el 60% durante los primeros 18 días, siendo necesario elevarla para ayudar al reblandecimiento de la cáscara del huevo y facilitar el picaje del mismo hasta el 70 y el 75% los últimos tres días de incubación, para una vez nacido el pollito volver a diminuirla hasta un 40% para facilitar su secado.
Una alta humedad durante la incubación dará lugar a pollitos débiles y con deformidades, mientras que una baja humedad producirá que el embrión se adhiera a la cáscara del huevo.
Ventilación
La ventilación en el proceso de incubación es muy importante, y ha de ser correcta. Por medio de la ventilación conseguimos que la temperatura ambiente dentro de la incubadora llegue de forma uniforme a todos los huevos evitando así que los que se encuentran más cercanos a la fuente de calor lleguen a eclosionar antes que los que están más alejados.
Además es vital para la supervivencia del pollito, ya que gracias a la ventilación el embrión adquiere el oxigeno necesario para respirar y se elimina el anhídrido carbónico producido durante la respiración, es decir, mediante la ventilación se renueva el aire.
Una mala ventilación producirá una deficiencia de oxigeno en el pollito lo que hará que crezca débil y no tenga la fortaleza necesaria para romper el cascarón y eclosionar y, en caso de nacimiento, el pollito será débil y con deformidades.
Volteo
El volteo del huevo es esencial para lograr el nacimiento del pollito. La yema del huevo está sujeta a la cáscara del mismo por dos delgadas cuerdas denominadas chalazas, que lo mantienen en el centro del mismo. Debido a la temperatura necesaria para que el embrión se desarrolle las chalazas van perdiendo consistencia y la yema del huevo tiende a flotar en la clara pudiendo llegar, si el huevo se mantiene constantemente en la misma posición, a adherirse a la membrana de la cáscara, para evitarlo es imprescindible voltear el mismo unos 90º cada dos horas.
Un deficiente volteo también puede producir problemas vasculares en el embrión.
Además el volteo ayuda a la distribución uniforme de la temperatura sobre el huevo.
Los tres últimos días de la incubación se debe de parar el volteo ya que es necesario que el pollito se vaya posicionando dentro del huevo para una mejor rotura de la cáscara.
Incubadoras mal reguladas, bajo nacimiento de pollitos
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